Acababa de llegar a mi butaca y estaba realmente contenta, por fin habían estrenado la secuela de aquella película que tantísimo me gustaba veinte años después. Fue muy curioso, era raro ver jóvenes en aquella sala de cine. La mayoría de gente rondaba los cuarenta. ¿La generación Trainspotting, tal vez?
Para quien no las conozca, Trainspotting (1996) y T2
Trainspotting (2017) son dos películas de origen británico dirigidas por Danny Boyle (probablemente os suenen algunas de sus películas como Slumdog Millionaire o Steve Jobs, protagonizada por Michael Fassbender), las cuales están basadas en las obras Trainspotting (1993) y Porno (secuela de Trainspotting publicada en 2002) de Irvine Welsh.
Trainspotting y T2 Trainspotting parecen a simple vista dos largometrajes sobre, únicamente, la vida de un grupo de amigos quienes solamente tienen en común su adicción a la heroína, pero es más, mucho más. Solo habría que escuchar el monólogo de Mark Renton escrito por el guionista John Hodge, con el que más de uno se sintió identificado.
Mark hace un listado de más y mas elecciones que uno debe tomar si quiere prosperar en la Gran Bretaña capitalista del momento, este discurso se traduce como una forma de rebeldía a dicho estilo de vida, encontrando refugio en una droga. No obstante, Mark experimenta un cambio importante de conducta durante el transcurso del largometraje.
Este monólogo tiene mucho más protagonismo en el largometraje que en la obra literaria, acaparando casi todo el protagonismo al aparecer en los primeros minutos y dejando al descubierto gran parte de la personalidad de Renton (interpretado por un icónico Ewan McGregor, al cual recordaréis por su interpretación como Obi-Wan Kenobi en Star Wars).
No son pocxs espectadores los que aseguraron que Trainspotting les cambió la vida, pero lo que sí es seguro es que cambió por completo el cine británico convirtiéndose también en una de las películas más aclamadas de todos los tiempos. Mostrando la cara más realista de la conocida como cultura de las drogas se puso a la misma altura que, incluso, filmes como Pulp Fiction.
En su estreno causó mucha controversia al tratar el mundo de las drogas de una forma tan cruda llegando a ser acusada de fomentar el consumo de estas sustancias entre les jóvenes. Lo cierto es que este grupo de yonkis fue una gran influencia para millones de personas, que hoy día son padres en su mayoría, y teniendo un gran impacto no solo en la cultura cinematográfica, sino también en la musical de la época con canciones tan míticas de dicho film como Born Slippy de Underworld, Golden Years de David Bowie o Sing de Blur, aunque el protagonismo aquí es de Iggy Pop con canciones como The Passenger o Lust for Life. Llegó a tener tanto éxito que incluso se sacó un segundo volumen con algunas canciones no incluidas en la película, pero del mismo estilo.
La forma en la que se promocionó dicha película fue muy innovadora ya que se publicitó repartiendo folletos inspirados en la cultura del club y con carteles con los personajes principales. El único personaje que no salía en dichos carteles era el interpretado por Kevin McKidd (Tommy) ya que se fue de vacaciones, perdiéndose toda la promoción, creyendo que la película no tendría tanto éxito.
Danny Boyle describía esa época como un cambio de pensamiento por lo general, el cual le ayudó muchísimo a la hora de dirigir Trainspotting, que se convirtió en uno de los fenómenos cinematográficos fundamentales para comprender la vida británica de la época.
En T2 Trainspotting nos encontramos con lo que se podría percibir un cambio en el monólogo de Mark Renton, en el cual uno puede pensar que el rebeldísimo Renton de 1996 que conocíamos, se ha rendido, ha sucumbido a ese modo de vida... ¿O no?
Realmente Mark no ha cambiado, sigue siendo opuesto al modelo de vida que ya criticaba en el 96, solo que ahora los picos han sido sustituidos por los likes en Instagram, Facebook o Twitter. Se sigue siendo adicto a las drogas, pero a distintas drogas. Todo sigue igual, "Y elige ver cómo la historia se repite", su pasado le persigue.
Fue un gran suspiro de esperanza que Danny Boyle fuese también el director de esta segunda parte, reuniendo a todos los actores que trabajaron con él en 1996 como Ewan McGregor, Ewen Bremner (Spud), Jonny Lee Miller (Sick Boy) o Robert Carlyle (Begbie), entre otros. Dichos actores confesaron que no aseguraron su participación en la secuela hasta que pudieron leer el guión debido al enorme cariño que tenían al film antecesor (de hecho Ewan McGregor dio un gran salto a partir de su interpretación como Mark Renton).
Había muchas dudas sobre si esta secuela se rodaba con intención de volver a reunir a esa generación nostálgica ante las pantallas o de captar a una nueva generación. Realmente, T2 Trainspotting fue un verdadero homenaje, muy emotivo, que no puede entenderse si no se ha visto la de 1996. En mi humilde opinión fue una bonita forma de recordar aquel film de hacía veinte años que supuso tal influencia en la cultura joven del momento.
¿Os ha dejado con ganas de más? Aquí os dejo los trailers por si no las habéis visto, espero que os haya despertado curiosidad. ¡Hasta la próxima! Para más información sobre futuras publicaciones: Instagram y Twitter.
T.